El Masaje Facial Japonés es una técnica de rejuvenecimiento que nos aporta luminosidad, brillo y salud al rostro, tonificando, oxigenando y nutriendo nuestra piel.
Por medio de técnicas rápidas, sutiles y rítmicas se consigue tonificar los músculos, estimulando la circulación sanguínea y el flujo linfático. Estas maniobras facilitan la distribución de nutrientes, la eliminación de toxinas y células muertas, y una clara mejoría de nuestra piel, tanto de la cara como del cuello.
El Masaje Facial Japonés combate las líneas de expresión, la piel apagada, las bolsas y ojeras, las patas de gallo, y en su ejecución suave y fluida encontramos una fuente de relax, perfecta para las personas que sufren de estrés y sus consecuencias.
Tiene una antigüedad aproximada de quinientos años. y está vinculado a la Medicina Tradicional China, que con sus diversas disciplinas (acupuntura, masaje, fitoterapia, Qi Gong…) busca mantener y restablecer la salud de manera natural. El Masaje Facial Japonés nos trae grandes beneficios por lo tanto no sólo en cuanto a belleza, sino también para nuestra salud, ya que se trabajan puntos de acupuntura que tienen efecto en otras partes de nuestro organismo. La emperatriz lo eligió como tratamiento personal después de observar su efecto en los samurais, quienes lo utilizaban para recobrar su energía después de las batallas.
Se recomiendan varias sesiones seguidas para notar su efecto, empezando por un tratamiento de choque de 5 sesiones (una sesión semanal). En caso de haber recibido una sesión de botox o algún tipo de tratamiento quirúrgico, tendrá que ser el médico que hizo el tratamiento quien indique el tiempo que debe transcurrir antes de poder recibir el masaje facial.